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Digo, pues, a los no casados y a las viudas que les sería bueno si se quedasen como yo. Pero si no tienen don de continencia, que se casen; porque mejor es casarse que quemarse.

La permanencia del matrimonio

10 Pero a los que se han casado mando, no yo, sino el Señor: que la esposa no se separe de su esposo

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